Historia de Palo Monte

Desde el siglo XVI hasta cerca del 1800s, año de la abolición de la esclavitud en Cuba, estuvieron llegando a la isla negros esclavos procedente de diversas regiones de África, destinados a trabajar en las agriculturas, principalmente. Los grupos étnicos mayoritario fueron los yorubas y los arara, de Nigeria, los llamados carabalís, de la costa de Carabar y los congós, eso era un nombre genérico que se le daban a los negros esclavos originarios de una extensa zona del África occidente que comprende para de Camerún, los congós de Angola Mozambique, en la costa de sureste del continente. Entre los pueblos que hallamos en esta región destaca el Kongo o Bakongo, y cuyo idioma, el kikongo, es un dialecto Bantú, sirvió de base a la lengua conga cubana, mezclándose con los otros grupos, también pertenecientes a la cultura Bantú. De la convivencia y la fusión culturar entre estos grupos Bantúes, liderados por los bakongo, nació Mayombe (nombre de una región del Congo). El Palo Monte.

Palo Monte proviene principalmente de CABINDA, designación dada a los habitantes del territorio de Cabinda, provincia más al norte de la Republica de Angola, y que comprende numerosos tribus hermanados con un tronco genealógico común como los Bauoio, Bakongo, Basundi, Balinge, Bavili, Baiombe, Bakoki, en sus fundación, fue confiada a los reyes del antiguo Reino de Ngoyo y más propiamente a los de la región de la actual ciudad de Cabinda y alrededores, siendo pueblos que hacen parte de la’ grande familia bantú, por sus tradiciones, usos y costumbres. De Cabinda llegaron a Cuba numerosos barcos cargados de esclavos, que procedían de estas etnias y que llevaron sus ritos y costumbres, que hasta hoy perduran en la isla caribeña, bajo una forma de culto que se denomina Palo Monte o Palo Congo. Sí bien es cierto, que esta cultura se fusiona con el culto a los Orishas, de origen yoruba, haciendo un paralelismo, que prácticamente oculta, parcialmente sus orígenes, aún pueden encontrase vestigios de estas tradiciones, en las ramas de casas de creyentes más tradicionales.

La actual Bahía de Cabinda aparece, por primera vez, en los mapas de Diago Hombre y de Pigafetta cómo el Golfo de las Almadias o la bahía de las Almadias. A partir de los siglos XVI y XVII comenzamos a encontrar el nombre “KAPINDA y KABINDA” para designar la tierra y el puerto de Cabinda. Al parecer el nombre de Cabinda surgió de la aglutinación de las últimas silabas de las palabras MAFUCA (MAFUKA) con BINDA, nombre de un caballero y dignatario del Rey de Ngoio.

El Mafuca, era en los antiguos Reinos de Loango, Cacongo y Ngoio, el Intendente General del Comercio, y el hombre de la confianza del rey quien, en su nombre, trataba todas las transacciones comerciales de un modo muy especial con los europeos. Estos, por lo tanto, al fondear en la Bahía de las Almadias (actual Bahía de Cabinda) tenían que tratar para transacciones comerciales necesariamente con el MAFUCA, y el Mafuca de ese tiempo era, un tal BINDA. Y tanto se decía: Mafuca Binda, lo que acabó, por dar al puerto y a la tierra, el nombre de Cabinda. El termino Cabinda, en un principio fue usado solo por los europeos, pero con el tiempo, de mucho oírlo y repetirlo, los naturales del lugar, lo adoptaron. Esa región era conocida por sus pobladores por el nombre de KIOUA (TCHIOUA).

Kioua, significa plaza o mercado, y nadie puede negar que Cabinda fue un gran mercado de esclavos, más frecuentado para ese propósito, por barcos franceses de los que el de cualquiera otra nación, pero no solo de esclavos comercio de pez, de productos de la tierra, de paños “lubongo” y de sal, que corrían por el interior cómo moneda. En todos estos negocios estaba siempre involucrado el nombre del rey y por supuesto el del Mafuca Binda. Pero para los naturales fue KIOUA y no Cabinda. Aún esta época, en el interior, más fácilmente se oía decir “voy a Kioua” de que «voy o vamos a Cabinda» Y si hoy los naturales de todo el país conocen Cabinda por este nombre, también si les hablar en KIOUA todos saben aún a que tierra este nombre está ligado.

Los Kikongos, en particular, aunque también otros pueblos bantúes, dieron origen al Palo Monte o Palo Congo; una mezcla de cultos regionales, vinculados a un antepasado totémico, de un área en particular de África, de donde provenían los esclavos según la etnia a la que pertenecían, pero que, conservaban características similares en sus creencias y una raíz idiomática común.

Por ello, no tuvieron muchos problemas para integrarse y ser reconocidos como una sola creencia; de esta forma se puede observar tendencias que van, desde lo más al norte de la actual Angola, más particularmente de Cabinda, hasta otras regiones como los Lubas y Chokwe.

El africano siente una especial devoción por la tradición oral, ya sea, porque su cultura carecía entonces, del lenguaje escrito para expresar sus experiencias, y no les quedó otra alternativa, para trasmitir sus conocimientos de generación en generación, que mediante el proceso de escuelas de iniciación comunitaria, donde los neófitos eran instruidos en el aprendizaje de la rica tradición oral de la sociedad, y en las técnicas, que desde tiempos lejanos, se empleaban para sintetizar y conservar el conocimiento adquirido en forma de bellos versos, cuentos, historias, adivinanzas, o axiomas, todos ellos cargados de simbolismos y alegorías de elementos de la naturaleza visible y lo invisible.

La tradición popular, desde muy temprano, comenzó a crear cantos en honor a sus reyes, que llamaron Nvila. Estos cantos, fueron llevados al campo de la magia, otorgándole un poder inherente y capaz de manipular las fuerzas místicas y complejas de la naturaleza, en las que se basan sus creencias. Así, nacieron las primeras Nvila, mambos o cantos que recoge la tradición oral de los Kikongos.