Los mambos en palo monte

En el culto afrocubano del palo monte, en realidad en cualquiera de sus vertientes, la palabra “mambo” hace referencia a los cantos religiosos propios y característicos de la práctica religiosa.

Estos Mambos la mayoría de las veces tienen una utilidad comunitaria compuesta por un sistema de “llamada y respuesta”, en el que el vocero (a veces llamado “gallo”) va cantando y un coro va respondiendo con una letra monótona y reiterada una y otra vez en cada respuesta.

Existen Mambos para prácticamente todas las intenciones, algunos son mambos históricos cuyo linaje es fácilmente rastreable a la Cuba colonial y la esclavitud del negro Congo, otros son más relativamente nuevos y aún otros son propiamente característicos de Cabildos, Nzos Nganga o linajes en particular. Algunos son públicos, de hecho, incluso algunas versiones fácilmente ubicables a través de Internet, otros son más secretos y están relacionados con ceremonias importantes como aquellas de índole iniciático, funerario o de composición y armamentos de Ngangas o fundamentos diversos, entre otros.

El Mambo propiamente dicho, y explicado de una forma simplificada, viene a energizar todo el trabajo del Ngangulero. Toda comunicación con los espíritus, Ngangas, fuerzas Mpungo y ancestros, es realizada a través del Mambo. Sencillamente, el Mambo (junto a las patipembas, o firmas) bien podrían considerarse el ABC, del lenguaje, del Ngangulero con todas las fuerzas intangibles con las que ha de trabajar; desde las más obvias, como bien pudiese ser una Nsara (trabajo) sobre su Nganga, hasta las más cotidianas y aparentemente normales; como, por ejemplo, su reacción ante ciertos fenómenos meteorológicos.

Nadie sabría poder decir con exactitud cuántos mambos existen, serán cientos o incluso miles, y el componente religioso personal es a la vez entretejido por un componente socio-cultural cuya más exponente manifestación son los “toques de cajón”, o Yimbulas, momentos en los cuales el mambo recobra un carácter “retador” a través de la “puya”. La puya es la forma común con la que se definen los cánticos cuales llamadas son mensajes “retadores” del Nganguleros, dirigidos a sus acompañantes (quienes a menudo responderán con aún más puyas), o incluso a los Nfumbes con la intención de “calentarlos y embravecerlos”, provocarles a realizar encomiendas en favor de sus “socios vivos”, los Nganguleros dueños de esas Ngangas.

Mensajes como:

“Yo prueba fuerza, yo prueba Nganga”

“Vamo vamo Lembe Yaya, vamo a ver si son verdad”

“Perro Nganga ya me jala, RastraSuelo kwenda ntoto

etc, etc, etc…

Son meros ejemplos de puyas ideadas, a menudo incluso improvisadas, para excitar al espíritu de la Nganga, para provocarlo, e incluso para provocarle de tal manera que se haga eficiente el fenómeno de la posesión sobre el cuerpo y mente del Ngangulero. El mambo muy a menudo tendrá la complicidad del propio cajón, cuyos ritmos variará muy a menudo dependiendo el propósito del mambo y la intención de las Puyas. Otros objetos sonoros, tan sagrados como cualquier otro (por simples que parezcan a primera vista) harán lo propio.

Sin embargo, el Mambo, además de ser el medio principal de comunicación con “lo intangible”, también posee un fuerte componente histórico y de conocimiento religioso que tal vez suponga un grueso imprescindible en la educación de un Padre Nkisi. Después de todo, muchos Mambos hablan de tratados, tienen sus motivos y sus por qué, e incluso muchas veces contienen información histórica de cierta relevancia. La “traducción” del significado del Mambo corresponde al padrino ir, poco a poco, revelar al ahijado en la faceta oral, imprescindible a efectos inimaginables, de la educación religiosa de cualquier Pino Nuevo.

La naturaleza de las puyas, su comprensión, a menudo también inmortaliza la idiosincrasia religiosa propiamente dicha. Observar el “diálogo de puyas” entre dos expertos Nganguleros durante una yimbula puede ser un verdadero espectáculo y una clase magistral de religión si el oído atento del aprendiz los atiende con cuidado. Después de todo, la entonación de Mambos no es algo que se haya por repetición descuidada, sino por una comprensión de lo se está diciendo y de cómo combinarlo en ocasiones apropiadas y para propósitos definidos.

De este modo, convirtiéndose las yimbulas, las fiestas religiosas, no únicamente en una ocasión para compartir entre iguales… para “jugar entre iguales” como se diría, sino también en una verdadera clase y demostración del alma del Palo Monte

Le dejo este Mambito de Lucerito

Posted by Siete Rayo Barremundo on Sunday, June 16, 2024